sábado, 22 de febrero de 2014

ANÁLISIS DE LA PELÍCULA PARA LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA



LA NOCHE DE LOS LÁPICES




La Noche de los Lápices es una película argentina dirigida y escrita por Héctor Olivera, en compañía de Daniel Kon para el año de 1986. Protagonizada por Alejo García Pintos, Vita Escardó, Pablo Novak y Leonardo Sbaraglia.. La película recrea los sucesos que acaecieron en septiembre de 1976, durante los primeros meses de la última dictadura cívico-militar argentina, siete jóvenes de la ciudad de La Plata fueron secuestrados, torturados y asesinados por reclamar el boleto estudiantil, una disminución en la tarifa del transporte para estudiantes.

La película comienza con las protestas estudiantiles de 1976 y termina con la liberación del único sobreviviente del grupo secuestrado el 19 de noviembre de 1980. La primera parte de la película relata la actividad de los adolescentes y las misteriosas condiciones en las que fueron secuestrados y encarcelados; la segunda narra el tiempo de la detención y tortura de los jóvenes, además de mostrar la situación de sus familias y la de sus captores.

TRAMA:
Es el año de 1975 en Argentina. A los estudiantes de diferentes colegios se les quita el Boleto Estudiantil durante el gobierno de Isabel Martínez de Perón, por lo que los estudiantes de la ciudad de La Plata deciden llevar a cabo una manifestación en la que participarían miles de jóvenes. Diferentes representantes de grupos estudiantiles se reúnen en uno de los colegios con el fin de organizarse para marchar hasta el edificio de Obras Públicas con el objetivo de presentar una petición para la concesión del Boleto Estudiantil Secundario. La policía tenía conocimiento sobre la protesta y estaba esperando para reprimirla; cuando llegan los estudiantes ésta arremete contra ellos hiriendo a muchos.




Seis de los jóvenes que acudieron a la marcha –y protagonistas de nuestra historia-: María Clara Ciocchini, Claudia Falcone, Claudio de Acha, Daniel Racero, Horacio Ungaro y Francisco López Muntaner, se encontraban en algunos grupos de militancia política. Destinaban parte de su tiempo  libre a enseñar a los niños de los barrios marginados de La Plata, a la recuperación de viviendas y a la lucha por el Boleto Estudiantil Secundario, acciones que los pone en la mira de la dictadura de Jorge Rafael Videla.

En la madrugada del 16 de septiembre del 1976, sorpresivamente llega una comisión militar –no identificada- a cada una de las casas de los estudiantes y sacan violentamente a los jóvenes, mientras maltrataban y amenazaban a sus familiares. Con el secuestro de los seis estudiantes se da inicio al hecho histórico conocido como la Noche de los Lápices. Pablo Díaz, al enterarse lo que le había sucedido a sus compañeros, huye de  su casa por unos días hasta que su padre le pide volver, sin embargo la misma noche de su regreso es aprehendido.



Los estudiantes son amordazados y encerrados en un centro de detención clandestino junto a otros estudiantes que habían participado en las protestas del Boleto Estudiantil. Allí son torturados para tratar de sacarles información sobre los grupos políticos a los que pertenecían y sobre el movimiento de protesta. Cuando Pablo Díaz llega al primer centro de detención, se entera por otros detenidos que sus compañeros estuvieron en el mismo lugar que él, pero habían sido trasladados. 




Al tiempo, Pablo es trasladado a otro centro de detención clandestino, lo desnudan y lo colocan dentro de una celda con los ojos vendados y las manos atadas. Allí descubre que sus compañeros se encuentran en las celdas aledañas a la suya y se comunican con ellos por entre las paredes; de esta manera, tratan de sobrellevar el tiempo que dura su horror, conversando o cantando. Mientras tanto, los familiares de los detenidos luchan por encontrarlos, hablando con oficiales del Ejército, funcionarios del Estado, incluso, con las altas jerarquías de la Iglesia católica, pero no encuentran respuesta alguna.




Pablo Díaz es liberado en 1980, luego de ser trasladado al Poder Ejecutivo Nacional, pasando de ser un detenido clandestino a uno legal, acusado de repartir publicidad subversiva. La historia termina con la liberación de Díaz pidiéndole a sus compañeros que no pierdan la esperanza de salir de allí.




Un texto final indica que Díaz fue uno de los pocos sobrevivientes del terrorismo de Estado que ejerció la última dictadura cívico-militar en Argentina, y gracias a su testimonio en el Juicio de las Juntas en 1985, y su colaboración en el guión de la película, esta historia pudo ser contada. EL RESTO DE SUS 6 COMPAÑEROS SECUESTRADOS EL 16 DE SEPTIEMBRE DE 1976 CONTINÚAN DESAPARECIDOS.





Si bien en el film no se identifican métodos de enseñanza como tal, la puesta en escena es ya material valioso para la enseñanza, especialmente en el campo histórico. Aunque es innegable la importancia de las fuentes documentales en el aprendizaje de la historia, material como este no sólo hace más palpables y gráficos los sucesos, sino que a su vez, tiene una carga psicológica inmensa que puede llevar a una reflexión más profunda y consciente de los hechos, aunque en este caso en particular nos deje cierto sinsabor.

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