LA NOCHE DE LOS LÁPICES
La
Noche de los Lápices es una película
argentina dirigida y escrita por Héctor Olivera, en compañía de Daniel Kon para
el año de 1986. Protagonizada por Alejo García Pintos, Vita Escardó, Pablo
Novak y Leonardo Sbaraglia.. La película recrea los sucesos que acaecieron en
septiembre de 1976, durante los primeros meses de la última dictadura
cívico-militar argentina, siete jóvenes de la ciudad de La Plata fueron
secuestrados, torturados y asesinados por reclamar el boleto estudiantil, una disminución
en la tarifa del transporte para estudiantes.
La película comienza con las protestas
estudiantiles de 1976 y termina con la liberación del único sobreviviente del
grupo secuestrado el 19 de noviembre de 1980. La primera parte de la película relata
la actividad de los adolescentes y las misteriosas condiciones en las que
fueron secuestrados y encarcelados; la segunda narra el tiempo de la detención y
tortura de los jóvenes, además de mostrar la situación de sus familias y la de
sus captores.
TRAMA:
Es el año de 1975 en Argentina. A los estudiantes
de diferentes colegios se les quita el Boleto Estudiantil durante el gobierno de
Isabel Martínez de Perón, por lo que los estudiantes de la ciudad de La Plata
deciden llevar a cabo una manifestación en la que participarían miles de
jóvenes. Diferentes representantes de grupos estudiantiles se reúnen en uno de
los colegios con el fin de organizarse para marchar hasta el edificio de Obras
Públicas con el objetivo de presentar una petición para la concesión del Boleto
Estudiantil Secundario. La policía tenía conocimiento sobre la protesta y
estaba esperando para reprimirla; cuando llegan los estudiantes ésta arremete contra
ellos hiriendo a muchos.
Seis de los jóvenes que acudieron a la marcha –y protagonistas
de nuestra historia-: María Clara Ciocchini, Claudia Falcone, Claudio de Acha,
Daniel Racero, Horacio Ungaro y Francisco López Muntaner, se encontraban en algunos
grupos de militancia política. Destinaban parte de su tiempo libre a enseñar a los niños de los barrios marginados
de La Plata, a la recuperación de viviendas y a la lucha por el Boleto
Estudiantil Secundario, acciones que los pone en la mira de la dictadura de Jorge
Rafael Videla.
En la madrugada del 16 de septiembre del 1976, sorpresivamente
llega una comisión militar –no identificada- a cada una de las casas de los
estudiantes y sacan violentamente a los jóvenes, mientras maltrataban y
amenazaban a sus familiares. Con el secuestro de los seis estudiantes se da
inicio al hecho histórico conocido como la Noche de los Lápices. Pablo Díaz, al
enterarse lo que le había sucedido a sus compañeros, huye de su casa por unos días hasta que su padre le
pide volver, sin embargo la misma noche de su regreso es aprehendido.
Los estudiantes son amordazados y encerrados en un
centro de detención clandestino junto a otros estudiantes que habían
participado en las protestas del Boleto Estudiantil. Allí son torturados para
tratar de sacarles información sobre los grupos políticos a los que pertenecían
y sobre el movimiento de protesta. Cuando Pablo Díaz llega al primer centro de
detención, se entera por otros detenidos que sus compañeros estuvieron en el
mismo lugar que él, pero habían sido trasladados.
Al tiempo, Pablo es
trasladado a otro centro de detención clandestino, lo desnudan y lo colocan
dentro de una celda con los ojos vendados y las manos atadas. Allí descubre que
sus compañeros se encuentran en las celdas aledañas a la suya y se comunican con
ellos por entre las paredes; de esta manera, tratan de sobrellevar el tiempo
que dura su horror, conversando o cantando. Mientras tanto, los familiares de
los detenidos luchan por encontrarlos, hablando con oficiales del Ejército,
funcionarios del Estado, incluso, con las altas jerarquías de la Iglesia
católica, pero no encuentran respuesta alguna.
Pablo Díaz es liberado en 1980, luego de ser
trasladado al Poder Ejecutivo Nacional, pasando de ser un detenido clandestino
a uno legal, acusado de repartir publicidad subversiva. La historia termina con
la liberación de Díaz pidiéndole a sus compañeros que no pierdan la esperanza
de salir de allí.
Un texto final indica que Díaz fue uno de los pocos
sobrevivientes del terrorismo de Estado que ejerció la última dictadura
cívico-militar en Argentina, y gracias a su testimonio en el Juicio de las
Juntas en 1985, y su colaboración en el guión de la película, esta historia
pudo ser contada. EL RESTO DE SUS 6 COMPAÑEROS SECUESTRADOS EL 16 DE
SEPTIEMBRE DE 1976 CONTINÚAN DESAPARECIDOS.
Si bien en el film no se identifican métodos de
enseñanza como tal, la puesta en escena es ya material valioso para la enseñanza,
especialmente en el campo histórico. Aunque es innegable la importancia de las
fuentes documentales en el aprendizaje de la historia, material como este no
sólo hace más palpables y gráficos los sucesos, sino que a su vez, tiene una
carga psicológica inmensa que puede llevar a una reflexión más profunda y consciente
de los hechos, aunque en este caso en particular nos deje cierto sinsabor.
De acuerdo con tu comentario final...
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